Llenamos la furgoneta de cajas, café y una cantidad dudosa de snacks de gasolinera, y pusimos rumbo a Pittsburgh para el Four Chord Music Festival. En algún momento alguien juró haber visto un mapache de copiloto en una camioneta, y la verdad, después de seis horas de viaje ya ni nos sorprendía. Así son los road trips a festivales: una mezcla de cansancio, chistes internos y ese caos imposible de planear.
Four Chord siempre ha sido sinónimo de pop punk, emo y música alternativa, y el cartel de este año fue una locura. blink-182, AFI, Jimmy Eat World, Jawbreaker, Hot Mulligan, Bowling for Soup—básicamente la playlist de todos esos CDs rayados que llevábamos en los 2000. Solo ver el póster era como subirse a una máquina del tiempo.
Cuando por fin llegamos al campo de fútbol americano donde se monta el festi, todo era un caos. Furgonetas descargando, equipos por todas partes, vendedores pidiendo cinta americana a gritos. Montamos nuestro stand en medio de todo, con las banderas ondeando, calcetines apilados y la colaboración exclusiva American Socks x Four Chord en primera fila. Enseguida empezó a entrar gente. Algunos fueron directos a por la collab, otros se acercaban curiosos, preguntándose por qué los calcetines llamaban tanta atención en un festival punk en Pittsburgh. Pero esa es la cosa: nuestros calcetines siempre han sido parte del estilo de vida, y ver a la gente salir con ellos (sonriendo y levantándolos como trofeos) se sintió perfecto.
El ambiente alrededor era igual de divertido. Dixon Flannel y Borndead estaban cerca, así que entre oleadas de gente nos echamos risas, compartimos snacks y fue como una reunión de colegas. Incluso alguien intentó cambiar un perrito caliente por un par de calcetines. No vamos a mentir, lo pensamos seriamente.
Y claro, no nos quedamos solo en el stand. AFI puso a todos a fluir con sus vibes más oscuras, Jimmy Eat World convirtió el campo entero en un karaoke gigante, y cuando blink-182 cerró la noche, todo fue un caos maravilloso. Fuegos artificiales, desconocidos cantando “All The Small Things” a la cara, y un tipo haciendo crowd-surf con una caja de pizza. Ni idea de cómo lo consiguió.
En nuestro stand seguimos con la locura con sorteos. Nuestro juego de “hide and sock” hizo que la gente buscara pares escondidos por todo EQT Park como si fuera un Pokémon Go punk. Lanzábamos un par al público, escondíamos otro cerca de las gradas, y de repente un enjambre de fans riendo, sacándose selfies y llevándose calcetines gratis. Convirtió nuestro rincón del festival en un mini show paralelo.
Al final de todo, estábamos reventados, sin voz y con los oídos aún zumbando. Recoger fue como jugar al Tetris con cajas y restos de snacks, pero lo logramos. El viaje de vuelta fue una mezcla de cantos desafinados, anécdotas del festival y pensar dónde llevar la gira de American Socks después.
Four Chord Festival nos recordó por qué esta escena importa. Música, caos, comunidad y sí—calcetines punk rock en el centro de todo. Nos fuimos cansados, pero felices, listos para lo que venga. ¡Gracias 4 Chord, fue una experiencia increíble!
Y ahora un “photo dump” con la peña que se sacó fotos en el stand.
